EL CIELO Y EL INFIERNO o La Justicia Divina según el Espiritismo

Allan Kardec

Volver al menú
21. Según la doctrina de la iglesia, los demonios han sido creados buenos y han venido a ser malos por su desobediencia. Son ángeles caídos, fueron colocados por Dios en lo alto de la escala, y han descendido. Según el Espiritismo, son espíritus imperfectos, pero que se mejorarán. Están todavía en el primer peldaño, pero ascenderán.


Los que por su indiferencia y negligencia, su obstinación y su voluntad, permanecen largo tiempo en los puestos inferiores, llevan consigo la pena, y acostumbrados al mal, les es más difícil salir de él. Pero llega un momento en que cansan de tan penosa existencia y de los sufrimientos que son su consecuencia. Entonces es cuando, comparando su situación con la de los buenos espíritus, comprenden que su interés está en el bien, y procuran mejorarse, pero lo hacen por su propia voluntad y sin que les obligue a ello. Están sometidos a la ley del progreso por su aptitud para progresar, mas no se les hace progresar a pesar de ellos. Dios les suministra sin cesar los medios, pero son libres de aprovecharse de éstos o no. Si el progreso fuera obligatorio, no tendrían ningún mérito, y Dios quiere que tengan el de sus obras. No coloca a nadie en el primer puesto por privilegio. Éste está al alcance de todos, pero no llegan a él sino por sus esfuerzos. Los ángeles más elevados han conquistado su grado, como los otros, pasando por el mismo camino que todos.