EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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Para un criminal

69. Prefacio. Si la eficacia de las oraciones fuese proporcionada a la de palabras, las más largas deberían reservarse para los más culpables, porque tienen más necesidad que los que han vivido santamente. Rehusarías a los criminales es faltar a la caridad y desconocer la misericordia de Dios creerlas inútiles, porque un hombre haya cometido tal o cual falta, es prejuzgar la justicia del Altísimo. (Cap. XI, núm. 14).

70. Oración. Señor, Dios de misericordia, no rechacéis a este criminal que acaba de dejar la tierra; la justicia de los hombres ha podido condenarle, pero no por esto se salva de vuestra justicia infalible, si su corazón no se ha conmovido por un sincero remordimiento.


Quitadle la venda que le oculta la gravedad de sus faltas. ¡Que con su arrepentimiento encuentre graciante vos, y que se alivien los sufrimientos de su alma! ¡Que nuestras oraciones y la intervención de los buenos espíritus puedan darle la esperanza y consuelo! Inspiradle el deseo de reparar sus malas acciones en una nueva existencia, y dadie fuerza para que no sucumba en las nuevas luchas que emprenderá.