EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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23. Los planetas se formaron, entonces, con masas de materia condensada y no solidificada, separadas de la masa central por la acción de la fuerza centrífuga y tomando, en virtud de las leyes del movimiento, la forma esferoidal, más o menos elíptica, según el grado de fluidez que hayan conservando. Uno de esos planetas fue la Tierra, que antes de enfriarse y revestirse de una corteza sólida dio nacimiento a la Luna por el mismo método de formación astral al que ella misma debe su existencia. Desde ese instante, la Tierra, inscrita en el libro de la vida, sería cuna de criaturas cuya debilidad protege la Providencia divina y cuerda nueva del arpa infinita que ejecuta el concierto universal de los mundos.