EL GÉNESIS LOS MILAGROS Y LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Allan Kardec

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16. Los Espíritus que componen la población invisible de nuestro globo, que ya han vivido aquí y que continuarán viviendo junto a nosotros, se hallan naturalmente identificados con nuestros hábitos, de los que guardan el recuerdo en la erraticidad. Podrían, por consiguiente, determinar con mayor facilidad las fechas de los acontecimientos futuros, siempre que los conozcan. No obstante, sin contar con que eso no siempre les está permitido, se ven impedidos de hacerlo por el hecho de que, puesto que las circunstancias detalladas están subordinadas al libre albedrío y a la decisión eventual del hombre, la fecha exacta sólo puede conocerse realmente después de que el acontecimiento ha tenido lugar.


Por esa razón, las predicciones circunstanciadas no pueden ofrecer ninguna certeza, y sólo deben ser admitidas como probables, aun cuando no lleven consigo ningún indicio que las haga legítimamente sospechosas. Por eso, los Espíritus verdaderamente sabios nunca hacen predicciones para fechas determinadas, y se limitan a hacer que presintamos las consecuencias de las cosas cuyo conocimiento nos es útil. Insistir para obtener detalles precisos equivale a exponerse a las mistificaciones de los Espíritus frívolos, que predicen todo lo que se les ocurre sin preocuparse por la verdad, divirtiéndose con los temores y las decepciones que causan.